Habitante de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos políticos y que interviene, ejercitándolos, en el gobierno del país.
En los primeros años de nuestra vida vivimos en constante aprendizaje: pasada la etapa en las que por medio de la imitación adquirimos nuestra lengua materna y damos los primeros pasos, entramos a la escuela y nuestros docentes -malos o buenos- se las ingenian para inculcarnos la letra y unos cuantos conocimientos mas, al avanzar en nuestra etapa como alumnos leemos y memorizamos datos que con el pasar de los años desaparecerán de la mente; en la adolescencia entramos en una crisis existencial y tratamos de encontrar nuestra esencia, llegamos a la adultez y continuamos nuestro aprendizaje a base de prueba y error. La visión propia es tan amplia como lo permiten nuestros conocimientos, en base a estos, actuamos.
Es en la última línea del anterior párrafo donde está la sustancia de este discurso, hacemos y deshacemos según las nociones que se tengan de uno u otro tema. ¿Acaso un ciudadano puede serlo si nunca se le enseñó a comportarse como tal? Creo que no y los ejemplos están en todos lados: la corrupción, la basura en las calles, la falta de compromiso de los políticos, la casi nula exigencia de los gobernados.
Recuerdo que en la primaria cargué en mi mochila un libro que a base de dibujos e historietas explicaba la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, documento que se supone es la base del país en el que vivimos. En mi mente está que cada 5 de febrero el periódico mural de mi escuela dedicaba su contenido a tres artículos de la llamada Carta Magna: el 3, el 27 y el 123. Nunca me pregunté que importancia tenían.
Hoy me cuestiono. Al estar expuesto en internet a tanta información, me doy cuenta que hay muchos derechos por los que nunca damos ni un peso, leyes que están olvidadas en la págian web del congreso y exigencias que deberiamos hacer nuestras y sin embargo permanecemos con la idea de que la ciudadanía solo nos sirve para votar y cometer toda clase de excesos que un menor, por ley, no se le permite.
Esto lo comparto al tiempo que agradezco tener a la mano este mundo de información que es la web, pero ¿qué hay de los que no tienen ese privilegio? ¿Qué pasa con los que lo tienen y votan en la creencia de que es todo lo que pueden hacer por el país? Hay un vacío ciudadano en el país y en estos tiempos donde se cuestiona el origen de México -dígase "Bicentenario"- es importante parar esa deficiente práctica de pseudociudadanía, creo que es tiempo de que el famoso "te quejas pero no propones" deje de ser palabras, es momento de exigir, pero también de cumplir Porque no tiene caso esperar que los cambios sucedan, sin hacer algo para que ocurran.
Algunos links a proyectos o información a ejercer una real ciudadanía:
¿Algún otro? Compartelo en los comentarios (y tu, el que lee, checate esos comentarios)
Es en la última línea del anterior párrafo donde está la sustancia de este discurso, hacemos y deshacemos según las nociones que se tengan de uno u otro tema. ¿Acaso un ciudadano puede serlo si nunca se le enseñó a comportarse como tal? Creo que no y los ejemplos están en todos lados: la corrupción, la basura en las calles, la falta de compromiso de los políticos, la casi nula exigencia de los gobernados.
Recuerdo que en la primaria cargué en mi mochila un libro que a base de dibujos e historietas explicaba la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, documento que se supone es la base del país en el que vivimos. En mi mente está que cada 5 de febrero el periódico mural de mi escuela dedicaba su contenido a tres artículos de la llamada Carta Magna: el 3, el 27 y el 123. Nunca me pregunté que importancia tenían.
Hoy me cuestiono. Al estar expuesto en internet a tanta información, me doy cuenta que hay muchos derechos por los que nunca damos ni un peso, leyes que están olvidadas en la págian web del congreso y exigencias que deberiamos hacer nuestras y sin embargo permanecemos con la idea de que la ciudadanía solo nos sirve para votar y cometer toda clase de excesos que un menor, por ley, no se le permite.
Esto lo comparto al tiempo que agradezco tener a la mano este mundo de información que es la web, pero ¿qué hay de los que no tienen ese privilegio? ¿Qué pasa con los que lo tienen y votan en la creencia de que es todo lo que pueden hacer por el país? Hay un vacío ciudadano en el país y en estos tiempos donde se cuestiona el origen de México -dígase "Bicentenario"- es importante parar esa deficiente práctica de pseudociudadanía, creo que es tiempo de que el famoso "te quejas pero no propones" deje de ser palabras, es momento de exigir, pero también de cumplir Porque no tiene caso esperar que los cambios sucedan, sin hacer algo para que ocurran.
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