La edad predominante en México es de 16 años. Esos jóvenes fueron concebidos en la euforia de 1993, cuando nos preparábamos para entrar al "primer mundo" con el Tratado de Libre Comercio. Pero nacieron en 1994, cuando volvimos a la realidad con el asesinato de Luis Donaldo Colosio, el levantamiento zapatista y la devaluación del peso. ¿Qué horizonte les aguarda? No hay opciones laborales, educativas, religiosas o deportivas que brinden un sentido de pertenencia tan fuerte como el crimen organizado. Rossana Reguillo ha estudiado con brillantez esta variable cultural del tema. Incapaz de incluir a los jóvenes, el Estado tiende a criminalizarlos de antemano como "delincuentes juveniles". Esto ha operado como una profecía que se cumple a sí misma: los carteles les han ofrecido identidad y códigos compartidos.
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El sentido de pertenencia si te refieres a sentirse parte de un país que los ha visto, o nos ve como "delincuentes", se dará en términos sociales en grupos aislados unos de otros, tal cual sucede en las pequeñas comunidades , grupos religiosos, etnias o modas. Pero difícilmente en una ideología política o en algún sentimiento patriótico altamente atacado y criticado al grado de sentir no orgullo si no vergüenza en algunos aspectos.
ResponderEliminarEntonces ¿Qué horizonte nos aguarda? el que cada quien se forme, pues el país ha demostrado lo poco que le interesa la juventud e invertir en su desarrollo, la muestra, la falta de participación en tomas de decisiones. y es aquí en donde nos toca "rifarnola" en el presente en el que nos toco vivir, no estamos en aquel 1 de enero del 94 cuando otro México se propuso.