Hace poco en twitter dos personas a las que sigo intercambiaron unos cuantos comentarios, muchas veces lo hacen, tanto una visión como la otra son interesantes, el caso es que uno dijo: "el problema [de los mexicanos] es que no se quedan a luchar". En el momento que la vi le di la razón completamente, ahora con los hechos del viernes por la noche en Ciudad Juárez, creo que es momento de compartirles mi sentir respecto a esta idea.
La violencia se recrudece mes con mes en varios puntos del país, la paranoía se expande por el resto de territorio, no sé qué efectos tenga en los pequeños a futuro pero no cabe duda que en nosotros, los que tenemos mas conciencia del presente, el miedo es la moneda de cambio. Personalmente no alcanzo a ver la manera en que esto termine, parece que los límites se borran, todo escenario trágico parece posible y junto a esta percepción me siento inútil, me parte el alma ver lo que le sucede a muchos como yo.
Seguramente habrá muchos que se sienten así, pero ¿qué habremos de hacer? pelear, con lo cual me refiero a cumplir como ciudadano, esfuerzo y quizás un poco de iniciativa que supere las obligaciones cómunes de cada uno; ó huir, dejar el barco que con o sin capitán se hundirá y quien sabe si tocando fondo regrese, tal vez no todos tengan la oportunidad, condiciones o deseo de salir al extranjero pero huír podría ser ahora el sinonimo de abandonar las obligaciones y solo trabajar por el pan de cada día, no meterse en problemas, ver y callar. Las opciones, creo, son esas y muchos ya nos hemos decidido por alguna.
Cada quien puede hallar motivación para una u otra, cada uno puede sentirse o no comprometido a regresar algo al país, no creo que se trate de nacionalismo, es mas un reto y una lucha personal que ha de volverse colectiva por recuperar México, sus pueblos y ciudades, la vida de aquellos que cayeron no debe valer menos que eso.
Foto: Germán Cabrejo en Flickr
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