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¿Quién lo ha visto, en donde quedo, quien se lo llevo? De la búsqueda injusta de la verdad, de la a veces oculta realidad. En donde quedo entonces la identidad del pueblo en el que nacimos y en el que creímos. “el indio no quiere al indio " ese es el máximo pecado de los mexicanos” frase que sobresalto al leerla en algún rincón de la red “social”. Entonces… ¿donde quedo el respeto por nuestra propia raza, por nuestra propia raíz por nuestros hermanos de historia?
El máximo pecado mexicano seria entonces haber olvidado mirar hacia atrás y no reconocerse en las huellas del andar de sus pies y de su historia, en el camino recorrido por su gente y en el triste y amargo recuerdo de la verdad de quiénes somos y no de quienes fuimos, en no reconocernos a nosotros mismos en los ojos del niño ciego en la calle, en las manos morenas de quien de la tierra es y de quien vive para ella.
De perdidos y extraños van las palabras al decir que el indio no quiere al indio, porque, de verdad, solo queda la delgada línea que separa al nacionalismo del “mexicanismo”. Entonces ¿en que ha quedado reducido el respeto por nosotros mismos al pensar siquiera en esa frase? Vamos y andamos adelante siempre delante de la mano del inseguro por nosotros mismos, de la mano del ciego llamado “mexicano“que no ve más allá de sí mismo y del sordo que no escucha a quien grita injusticia. De perdidos y extraños se va México el respeto por nosotros mismos, porque de México a México la frontera de nuestro propio país se va haciendo cada vez más grande pues ni nosotros mismos nos conocemos.
Alegre Rebeldía Para Todos!!!
Leonardo Álvarez
8°B Comunicación
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