martes, 25 de mayo de 2010

Ante tus ojos Padre

Ante tus ojos, padre


Las pasiones matan con locura, la devoción invade cualquier razón para cuestionarnos las interrogantes, las decisiones que nuestros lideres toman y siembran ese miedo en los que nacieron bajo el seno de una familia que se permitió adorar a los santos, los padres, los arzobispos y cada personaje que forma parte de todo el teatro y el sistema religioso que México adoptó como marca indeleble, señal de una cruz que se lleva desde años por los españoles, conquistadores que implementaron de una manera “forzadamente piadosa” ese estigma doloroso para quienes hoy día están buscando a un país que se torne a un color claro, que haga consciente su fe y luche por las verdades de su gente, las necesidades de sus familias, las carencias de sus filosofías, ambiciones de vida, cultura, y sobre todo, el respeto que se debe forjar para después crecer sin prejuicios ante el que opina distinto, escucha y aprecia a su modo.


Es tan irónico ver que rara vez, en los mismos medios de comunicación, en los que ya no es ninguna novedad esa falta de imparcialidad ante la preferencia por el que lleva la batuta no solo en el trono presidencial, si no en el “trono de Dios”, el clero, la iglesia; otro sistema político poco señalado, pues su presencia e influencia es casi tan invisible como un fantasma, pero influyente a grados infinitos; razón segura por la cual, la ignorancia no ha permitido que se extienda la libertad del pensamiento, de la crítica y el crecimiento.

No hará falta entonces emitir mensajes para la proposición de consciencias colectivas; decir: “La iglesia apesta”, “quieren engañarte”. Lo que hará falta será doblegar las intenciones del enemigo que nos reprime y contiene de la superación, imitar su táctica: la siembra de mentalidades.


La inocencia de los niños, su infancia prometedora entonces se volverá el target al cual tendremos que apuntar nuestra mira, inculcar la necesidad de cuestionar, de razonar palabra por palabra los mensajes que nos son emitidos y los lideres que nos llevan cual pastores a su rebaño, un rebaño que ya no tiene porque estar más vendado y restringido de observar un panorama verde, lleno de vida y prometedor, rico en recursos naturales, en variedad cultural, formas de pensar y gente que puede llegar a aportarnos no solamente a un nivel espiritual más significativo que el del santo padre de la iglesia católica, si no que influirá en la apreciación de unos a otros, la capacidad de trabajar en equipos, eliminar el prejuicio trabajar el recurso mexicano, de mexicanos para mexicanos.

Ángel Hernández

Comunicación, 7ºA

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